domingo, 27 de noviembre de 2011

Y es que es fácil...

Y es que es fácil caer en este juego del Diablo, cometer pecado, caer en la tentación, mordisquear la pasión, sentir que no existe más nadie, más nada.Como andar por el borde de la acera sin paraguas, sintiendo como las gotitas te llegan hasta el rincón más escondido,como ir en una vespa por la autopista sintiendo solo el aire dandote en la cara, como hundir las manos en la arena y sentir la suavidad y el olor a mar... o como también oler hierba recién cortada, o las palomitas cuando subes las escaleras del cine. O como cuando tocas el peluche más suave que parece hecho de cierto pelo,osea de terciopelo. O el momento en el que muerdes una onza de chocolate Nestlé y las papilas gustativas se alborotan y el sonido se desvanece, o cuando... oyes la canción, no una canción sino aquella que intuitivamente necesitabas y de repente suena, así sin más, esa sensación que te llega es algo que solo dura unos minutos, como tú, como nosotros, como nuestra euforia que dura... pues lo que dura una vela hasta que se derrite, lo que dura el despegue del avión hacia nuevos mundos, o lo que dura el click de una fotografía, o cien mil cosas más, y por ello hay que aprovecharlo hasta el límite.La cuestión es que los pequeños placeres de la vida están ahí, pero nunca superarán el pecado, pecar así sin más, sin pensar en las consecuencias...que dan igual,porque en esta vida hay que arriesgar sin pensar en como irá si no en el presente , sin miedo a que algo salga bien o que por el contrario sealo peor...sin miedo a equivocarse. Pero todos, y cada uno de las personas que vivimos en el planeta, ... todos, ahora mismo estamos pensando en algo material, en algo que realmente se puede tocar, pero no pensamos en las pequeñas cosas, que están ahí por alguna razón... que no se tocan,ni se ven , ni se huelen,sino que se sienten.

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